CALLEJAS

Si lograra descubrirse el eslabón existente entre los profesionales del crimen y las bandas juveniles de la ciudad, quizá pudiera emprenderse una acción contra ellas. Pero, para ello, era necesaria la colaboración de un hombre. Un detective privado que, haciéndose pasar por entrenador de atletismo, se ganase la simpatía de los muchachos y consiguiera dar con uno de los eslabones. Un hombre que, una vez encontrado el eslabón, estuviera dispuesto a luchar como un tigre para restablecer el orden en las callejas de la ciudad.